Jugador De Ajedrez


En 1769 se construyó por Wolfgang von Kempelen “El Turco” que simulaba ser un jugador de ajedrez, tenía la forma de una cabina de madera con un maniquí vestido con una túnica y turbante sentado sobre él. La cabina tenía puertas que una vez que se abrían mostraban un mecanismo de relojería y cuando se hallaba activado era capaz de jugar una partida de ajedrez contra un jugador humano a un alto nivel. Sin embargo, la cabina era una ilusión óptica bien planteada que permitía a un maestro del ajedrez esconderse en su interior y operar el maniquí.

Cuando Charles Babbage, vio a El Turco, además de darse cuenta de que probablemente era un truco de magia, se preguntó si era posible encontrarle una solución.
El jugador de Ajedrez presentaba un desafío hacia cualquiera que se refugiaba en la idea de que las máquinas podían ser capaces de superar a los humanos físicamente pero no los podría aventajar mentalmente.  La tecnología mecánica avanzaba muy rápidamente, la revolución industrial estaba empezando y escaparates de juguetes mecánicos de asombrosa complejidad eran muy populares. La manera en que el turco fue presentado, logró una gran diferencia también.